Sol os llamó mi lengua pecadora,
y desmintióme a boca llena el cielo;
luz os dije que dábades al suelo,
y opúsose un candil, que alumbra y llora.
Tan creído tuvisteis ser aurora
que amanecer quisisteis con desvelo;
en vos llamé rubí lo que mi abuelo
llamara labio y jeta comedora.
Codicia os puse de vender los dientes
diciendo que eran perlas; por ser bellos
llamé los rizos minas de oro ardientes;
pero si fueran oro los cabellos,
calvo su casco fuera, y diligentes
mis dedos os pelaran por vendellos.
(Francisco de Quevedo)
Juaaaaasssss. No puedo, menudo lio. Que panzada de reír. Ayyyyy, qué fácil es ser engañado por lo exterior.
ResponderEliminarUn beso
Y eso que no es rubia, juasssssssssssss.
ResponderEliminarAlaaaaaa,mucho fisico y cerebro de mosquito,jeje.
ResponderEliminarSalu2
Su lindura confundio a los que luego se desconfundieron.
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