domingo, 29 de noviembre de 2009

Bien avenid@s


Una mujer está preparando huevos con jamón para el desayuno de su esposo.
De pronto, éste irrumpe en la cocina:
—¡Cuidado! ¡CUIDADO! ¡Ponles más mantequilla! ¡Dios mío, estás cocinando demasiados huevos a la vez. ¡Voltéalos! ¡VOLTÉALOS! ¡AHORA! Necesitamos más mantequilla. ¡Dios mío, de dónde vamos a sacar más mantequilla? ¡Se van a pegar! ¡Cuidado! ¡CUIDADO! ¡¡¡TE DIJE QUE TUVIERAS CUIDADO!!! Nunca me escuchas cuando cocinas. ¡Nunca! ¡Voltéalos! ¡Rápido! ¿Estás LOCA? ¿Perdiste la cabeza? No olvides ponerles sal. ¡Usa la sal! ¡¡LA SAL!!
La esposa lo mira estupefacta.
—¿Pero qué te pasa? ¿Crees que no sé hacer huevos con jamón?
—Sí —responde el marido—. Sólo quería que vieras lo que siento cuando conduzco.


Dos secretos para el éxito de un matrimonio:
1. Si te equivocas, acéptalo.
2. Si tienes la razón, cállate.


Un hombre puso un anuncio en el periódico: “Busco esposa”.
Al día siguiente recibió cientos de respuestas, y todas decían lo mismo: “Te doy a la mía”


La mujer al marido:
—Treinta años de casados y nunca me has comprado nada.
—¡Vaya, tanto tiempo juntos y no sabía que tenías una tienda!


—Mi vida, vengo del salón de belleza.
—¿Estaba cerrado?


—¿Cómo se te ocurre llegar medio borracho? —
pregunta la mujer al marido.
—Yo no tengo la culpa. Es que se me acabó el dinero.


De regreso de su trabajo, el esposo se sienta a la mesa y su mujer le pregunta:
—¿Te sirvo?
—A veces.

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