viernes, 14 de agosto de 2009
Don Lucho y doña Mimí
Don Lucho y doña Mimí se conocieron cuando fueron a vivir al hogar de adultos mayores “Mis últimos esfuerzos”. Él con 90 y ella con 87.
Llenos de vitalidad y de años, no tardaron en enamorarse.
Pronto (a esas edades todo debe ser pronto, si no, no se alcanza a llegar, en especial al baño) pensaron en casarse.
Un día de paseo, pasaron por una farmacia y le dicen al boticario:
- don Ramón, ¿ustedes tienen pastillas para la memoria?
- Sí, responde el boticario.
- ¿Tiene pañales “Tena” para adulto mayor?
- Sí.
Se miraron con alegría e ilusión.
- Don Ramón: ¿tienen pastillas para los ardores y para los gases?
- Sí, sí tenemos. Fue la respuesta.
- Oiga, don Ramón ¿y tiene pomada para los dolores de las piernas y de las articulaciones?
- Sí, claro que tenemos.
La felicidad era plena. Se miraron tiernamente a los ojos cogidos de las manos y le dijeron a don Ramón:
- Nos vamos a casar, ¿podemos traer la lista de bodas aquí?
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Juaaaaaaa, Juaaaaaa y Juaaaaaaa. Pero que bueno que es. Que panzada de reir. Prontito prontito nos toca a nosotros. También yo ya estoy en la farmacia casi como en el super.
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