Jua, yo viví una de esas.Cuando mis dos hijos mayores tenían 4 y 5 años. Estaba en mi escritorio y no oía nada del jaleo habitualal que me tenían acostumbrado. Reían y cantaban y fuí a verlo. Por el pasillo iba diciendo : "pero que bien os estáis portando" llego al comedor y... tierra trágame. Se apoderaron de un bote grande de masilla para la pared y estaban embadurnando con las manos todo nuestro sofá. Glup. Corriendo a lavarlo antes de que llegara mamá. Menudo sofocón me llevé. Un beso.
Juas, eso es un clásico. Mis padres tuvieron que poner zócalos de madera por toda la casa, porque nos dedicábamos a hacer frescos en las paredes... ¡con los óleos de mi madre, que era pintora! Artistas, que salimos los hijos :-)
Jua, yo viví una de esas.Cuando mis dos hijos mayores tenían 4 y 5 años. Estaba en mi escritorio y no oía nada del jaleo habitualal que me tenían acostumbrado. Reían y cantaban y fuí a verlo. Por el pasillo iba diciendo : "pero que bien os estáis portando" llego al comedor y... tierra trágame. Se apoderaron de un bote grande de masilla para la pared y estaban embadurnando con las manos todo nuestro sofá. Glup. Corriendo a lavarlo antes de que llegara mamá. Menudo sofocón me llevé. Un beso.
ResponderEliminarSí, gamberradas de esas hemos hecho todos. ¡Sufridos padres!
ResponderEliminarLes compré una pasta de dientes rosa y jugaron a pintores ¿sigo?
ResponderEliminarJuas, eso es un clásico. Mis padres tuvieron que poner zócalos de madera por toda la casa, porque nos dedicábamos a hacer frescos en las paredes... ¡con los óleos de mi madre, que era pintora! Artistas, que salimos los hijos :-)
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